Diario metafísico de un filólogo en apuros

Mei, una de nuestras profas de Chino, lleva años diciéndome que el Castellano es un “ idioma muy  muy difícil ”. Ella, sin duda, ilustra a la perfección la tan, por otra parte, manida imagen del “Chino trabajador incansable e inasequible al desaliento”. Desde que la conozco, no ha habido año en el que, sí o sí, no haya encadenando una sucesión interminable de clases, DELES , Másteres y Doctorados que, precisamente por ser el Castellano un “idioma muy, muy difícil”, le han servido para hablarlo, y sobre todo a escribirlo, a un nivel que no tiene nada que   envidiar al de cualquier señor del mismísimo Valladolid. Mei y, honestamente, el 98% de l@s profesor@s de chino que he tenido la suerte de ir conociendo en el trabajo, han tenido un perfil muy similar y esto me ha servido, aparte de para no ganarme broncas de Clientes varios J , para conocer un "tipo de Chino” distinto al que, quizás por influencia social, nos viene a la mente en un primer momento: el del "

Por montar, he montado cursos de "todos los colores": en casa, aquí, allí, en hospitales, en hoteles, en Barcelona,  en Gredos, en el extranjero y no sé en cuántos sitio más pero…. nunca ,   nunca , nunca los había montado en un Castillo J y la verdad es que una ubicación así, original, me parece un rato. El caso es que, a falta de uno, serán cinco cursos ( Inmersiones ) para un Cliente que ha elegido tan regio emplazamiento para “encerrar” a sus vasallos (lo de encerrar viene muy al caso porque, leyendo sobre el castillo en cuestión sirvió de cárcel para no sé cuándos “desgraciados”). ¿El planteamiento? El que utilizamos habitualmente en este tipo de programas: enfoque comunicativo , refuerzo de fluidez y confianza , corrección de errores y feedback post curso como elementos fundamentales y, en este caso y por la tipología y necesidades del Cliente en cuestión, mezcla de contenidos de Inglés para fines específicos y social English .   Todo esto, combi

Reconozco que por la mañana soy mucho más "de salado" que "de dulce". Confieso que pasé una larga etapa consumiendo "Galletas Príncipe" a troche y moche pero el tiempo y los años 👴 han acabado por convertirme en "churrista" y, en ocasiones ,"porrero" convencido. Suelo ir al bar "de siempre". Ya nos conocen, y como habitualmente vamos a desayunar con los canijos el fin de semana y ellos (los canijos) son, de por si, un espectáculo (están bastante piraos y revolucionan a todos los clientes) nos suelen tratar muy bien.   ¿Complicación? Los Martes el bar cierra por descanso por lo que, como "plan B", suelo pasarme por otro que está muy cerca del cole y que me pilla muy a mano cuando dejo a Andrea antes de venirme para la oficina.   Siendo ayer Martes, en pleno "plan B" como digo y con el primer churro a medio consumir, entró en el bar el churrero con una caja llena de género calenti