El Castellano es un idioma muy muy difícil.
Mei, una de nuestras profas de Chino,
lleva años diciéndome que el Castellano es un “idioma muy muy difícil”.
Ella, sin duda, ilustra a la perfección la
tan, por otra parte, manida imagen del “Chino trabajador incansable e inasequible
al desaliento”.
Desde que la conozco, no ha habido año
en el que, sí o sí, no haya encadenando una sucesión interminable de clases,
DELES , Másteres y Doctorados que, precisamente por ser el
Castellano un “idioma muy, muy difícil”, le han servido para hablarlo, y sobre
todo a escribirlo, a un nivel que no tiene nada que envidiar al de cualquier señor del mismísimo
Valladolid.
Mei y, honestamente, el 98% de
l@s profesor@s de chino que he tenido la suerte de ir conociendo en el trabajo,
han tenido un perfil muy similar y esto me ha servido, aparte de para no
ganarme broncas de Clientes varios J, para conocer un "tipo de Chino” distinto al que, quizás
por influencia social, nos viene a la mente en un primer momento: el del "Todo a
100" (bueno…a un euro) o del ultramarinos.
Precisamente de un ultramarinos
proviene, si no me equivoco, la foto que encabeza el post y que, dejando aparte
la chufla del mensajito, tiene, desde un punto de vista más serio, un trasfondo
muy interesante.
Los idiomas son, además de otras muchas
cosas, instrumentos para la transmisión de información. Con el lenguaje reflejamos
nuestro estado de ánimo, conseguimos que otros hagan cosas, exponemos nuestras ideas y mandamos, en definitiva, un mensaje que, más
allá de la mera emisión de datos, busca conseguir un efecto.
Este efecto, el de lograr que alguien “reaccione”
al estímulo lingüístico que le “lanzamos”, es, ha de ser, el objetivo básico,
de cualquiera que se embarque en la increíble "aventura" J del aprendizaje de una segunda lengua.
Lo realmente importante, lo que va a
marcar la diferencia entre que, en este caso, nos afanen o no el Channel Nº 5,
es que nos las arreglemos para transmitir la esencia de lo que queremos
teniendo claro que conseguirlo implica el éxito y que la corrección, al
menos en un estadio inicial, es secundaria.
Obviamente, esto no es abogar ni mucho
menos por el “Yo Tarzán, tú Jane” (utilizar un idioma correctamente es
primordial en muchos ámbitos y hacerlo abre puertas: los Másteres y Doctorados
de Mei sin ir más lejos) pero sí es un intento de transmitir que al
aprender una lengua hemos de estar dispuestos a "lanzarnos a la piscina", a
probar, a equivocarnos y meter la pata
porque si es en aras de que nos entiendan, merece la pena.
En definitiva….e independientemente de
que, aun sabiendo que peco de “mortalmente estereotípico”, el redactor/a del
cartel domine, muy posiblemente, algún tipo de arte marcial súper mortífera que
le sirva para terminar de convencer a los "amantes del perfume ajeno", el
cartelito está para lo que está y seguro que cumple su función
independientemente de que "perfecto, perfecto" no sea y es que el Castellano es
un "idioma muy, muy difícil".
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