Una historia real.

David (a la semana de empezar en uno de mis trabajos de gestión de cursos) : "Por Dios bendito....pero a quién se le ha ocurrido dar clases a esta profa????".

No lo he pasado peor en mi vida observando la clase de nadie.... Ha sido una hora y media de sufrimiento, horror y pavor  absoluto. Los pobres alumnos me miraban suplicando auxilio!!! -

"Super Boss": Cuánto me extraña!!!!. Sí que es verdad que no tiene ninguna experiencia y que hasta hace una semana vendía seguros pero cuando le entrevisté me pareció muy agradable. Ademas, es de Londres !!!!.....

David (con esa impunidad que el hablar mentalmente nos confiere...): Toma!!!! agradable también soy yo (y según mi madre entre guapo y guapísmo) pero no por eso me puedo poner a dar clases de física cuántica.

Resultado final:

Tras una intenso proceso de adoctrinamiento y más de una tarde de consejos y sugerencias tratando de conseguir que la profa fuese, si no tan buena como agradable, medio decente al menos, los alumnos se amotinaron y  acabé, por una de esas jugarretas del destino, heredando todos sus grupos (3 si no recuerdo mal) para evitar que RRHH nos mandara a tomar vientos a la farola de cadiz....

Moraleja : en contra de la creencia popular, el ser agradable y encima de Londres no te dota de súper poderes didácticos :-)