LA CULPA NO ES DEL CHA CHA CHA
Esta mañana, en una reunión (cafetito
incluido) para cerrar el “año lectivo” con el Departamento de RRHH de uno de
nuestros Clientes, hablábamos entre otras cosas, de lo “fácil” que, en líneas
generales, había resultado el curso.
Reuniones como estas, siempre útiles
bajo mi punto de vista, son una oportunidad inmejorable para analizar fallos y
aciertos y diseñar, porque siempre hay espacio para la mejora, un planteamiento
más efectivo. Son momentos para escuchar y, de esa escucha, sacar propuestas y soluciones.
Comentábamos, como decía, que el año
había sido “fácil” y lo achacábamos a 3 razones fundamentales:
-
Calidad y
estabilidad del profesorado. Si bien la rotación de formadores y el intrusismo
docente (no es profesor todo el que dice serlo…) en un mercado como el de los
idiomas “in company” es una realidad, tratar de ser rigurosos en los procesos
de selección (apostando por profesores cualificados, con experiencia y con
un perfil estable) es, aunque no la panacea, apostar en gran medida por un resultado
de calidad. Aunque el aumento de
grupos en este cliente en particular (de 40 horas semanales en el 2013-2014 a
75 en el 2014-2015) implica, por lógica, la necesidad de incorporar “caras
nuevas”, gran parte del equipo docente lleva
allí, en este caso, una media de 3 años y repite con alumnos que les han
solicitado específicamente.
- Rapidez de Gestión. El verdadero
haber de una escuela es la calidad de sus formadores (la gestión
es, lo digo sinceramente, un plus que termina convirtiendo en en “bluff”
si el profe que mandas es malo). Aún así, tras 6 años en este caso, trabajando
con el Cliente, los procesos de captación de necesidades, análisis de niveles,
organización de horarios, emails de petición de feedback inicial y posterior
seguimiento etc, son algo relativamente automátizado. Se trata, simplemente, de aplicar una
filosofía de trabajo basada en cuidar, en la medida que se puede, los
detalles y moldearla en uno u otro sentido según las peculiaridades
de la empresa y el alumno (Cada caso es especial y como especial hay que
tratarlo).
-
Saber que la culpa NO
es del cha cha cha: conozco infinidad de personas que, recibiendo formación
en su empresa no saben ni el nombre del proveedor ni, aún más usualmente, el
nombre del contacto en el proveedor al que se han de quejar si algo no les
gusta. Me apunto sin discusión a recibir buen feedback, correos de felicitación
y cuestionarios de opinión fenomenales, pero hay que dar, también, la
oportunidad a Pepito, que está en el grupo 3 de Italiano de ese Cliente en Tres
Cantos (por poner por caso) para que, si no esté contento con algo, sepa a
quién pedir explicaciones.
En definitiva, que me gustan las reuniones productivas con cafetito
incluido, el cha cha cha cuando toca bailarlo y, por descontado, como decía el
Sr. Smith, que los planes salgan bien.
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