Septiembre...reflexiones entre el amor y el odio :-)






foto tomada de http://meriodemarypoppins.com/


Mi relación con el mes de Septiembre ha sido siempre de esas que se mueven entre el  “amor y el  odio”.

Siendo honestos, y a pesar de mi más que reconocida enemistad con, por poner por caso, la Física y las Matemáticas de BUP, nunca llegué a tener que preocuparme por exámenes post vacacionales y de ahí que la idea de volver al cole después del verano, no tuviera demasiado de traumática.

Bien es verdad que, al cumplir años durante la primera quincena del mes, nunca pude (y eso es, fíjate qué tontería, una de las “grandes penas" de mi infancia) llevar a clase la “tradicional bolsa de Sugus” para celebrarlo y  repartir como hacían otros muchos compis. No obstante y a pesar de tamaña tragedia J reconozco que Septiembre no fue nunca, ni de “canijo” ni aún más tarde en la universidad, de los peores meses.

Siendo ya profe, y siéndolo en “In Company”, Septiembre era el mes “de las oportunidades”, el momento de conseguir un horario lógico y un número de horas suficiente en ubicaciones no demasiado remotas (que no implicasen tener que cambiar de  que huso horario entre clase y clase J). Los Clientes iban despertando y a ti te iban llamando para adjudicarte cursos. El 95% del pescado, por decirlo de una manera gráfica se vendía, en ese momento y había que tener alerta para no dejarlo escapar.

Al pasar al otro lado de la mesa y meterme en gestión, seguí y sigo percibiendo Septiembre como el mes de las oportunidades aunque ahora ya desde una perspectiva muy distinta que, desafortunadamente, está, en todos los casos, regida por la URGENCIA y por sus dos grandes amigos, el ESTRÉS y la TENTACIÓOOON.

¡¡URGENCIA!! por convencer al Cliente de que poner en marcha los cursos cuando antes, le asegura una mayor variedad y, sobre todo, calidad de profesorado y aún ¡¡MÁS URGENCIA!! por, en esta época de “abundancia de oferta”, consolidar una plantilla de formadores cualificados y con un perfil lo más sólido posible

Doy gracias a que nosotros contamos con una gran mayoría de profes estables y que la rotación suele ser mínima. Aun así, terminar de configurar un equipo de gente solvente a nivel profesional es, sin lugar a dudas, una de las partes más importantes del “negocio” y a la que, honestamente, hay que conceder la mayor de las prioridades.

ESTRÉS (total y absoluto,  por cierto). Decir “In Company” es decir “primera hora de la  mañana”, “bloque de comida” y “última hora de la tarde”. La inmensa mayoría de las clases (dejando aparte, intensivos, monográficos, inmersiones, clases telefónicas y demás) han de impartirse en horarios muy similares y el número de profesores que necesitas para exactamente las mismas franjas horarias tiende, en la mayoría de los casos, “ad infinitum”.



http://blogs.grupojoly.com/con-la-venia/files/2011/04/llegar-tarde.gif

Por otra parte, para dar mayor emoción al tema, esos Clientes a los que (ver párrafo de ¡!URGENCIA¡¡) llevas semanas intentando convencer de que empezar cuanto antes, o al menos de que darte una fecha estimativa de inicio, es bueno para ellos, se dan cuenta, un viernes por la tarde, de que no pueden vivir ni sin ti ni sin sus cursos ni un minuto más y deciden encargarte empezar sus 25 grupos…el lunes.

TENTACIÓOOON. Impartir clases “in Company” tiene, y lo digo con total conocimiento de causa, gran cantidad de desventajas, pero hay que admitir que, salvo extrañísimas excepciones todo nativo, profe o incluso no profe!!!!, tiene altísimas posibilidades de encontrar trabajo y un número considerable de horas en algún sitio.
Escuelas de Idiomas***  hay miles y algunas de ellas dan, sin mayores exigencias, trabajo a cualquiera que hablando inglés (o diciendo hablarlo) no llegue a la “entrevista” portando una motosierra y con la camisa llena de sangre. 

http://es.dreamstime.com/photos-images/motosierra-sangrienta.html

Casos de gente que aparece diciendo “Soy de Londres = puedo dar clases” hay muchos y la tentación de utilizarla para cubrir ese cursete que tanto te urge en ese Cliente que tanto se enfadará si no lo logras es grande aunque a día de hoy, y porque el Cliente se enfadará aún más si lo que le envías es un churro, es tentación ésta en la no pensamos caer. Sigo diciendo, y sé que me repito, que no hay centros de formación buenos o malos sino profes buenos o malos y si te importa un poco el tema y no quieres más sorpresas de las necesarias debes apostar por aquellos que saben y NO por aquellos que simplemente “son.

Y escribiendo este post (que empecé justo, justo a la vuelta de mis vacaciones de Agosto), ha acabado Septiembre ¡¡e incluso Octubre!! (que a efectos de lo que hacemos aquí es, exactamente igual de “entretenido”).

Noviembre llega liado pero, dejando aparte intensivos y monográficos que son guerra aparte, con prácticamente ya todo funcionando.
Es momento, por tanto, de empezar a pedir feedback (esa oportunidad que hay que dar al Cliente para que te pase comentarios, sugerencias y califique a los profes), de organizar y crear material, de montar talleres de formación interna y de disfrutar de una “calma relativa” hasta que en Enero llegue otra oleada e inicien los cursos todos aquellos (Empresas y particulares) que, bienvenidas sean las “New Year´s resolutions” han decidido aprender idiomas con “esto del nuevo año”.


*** Sirva esta etiqueta para englobar términos como “escuela”, “academia”, “consultora”, “chiringuito lingüístico”, “cueva de piratas” y cualquier “empresa que, sin tener ni la más idea sobre lo que significa impartir formación con una calidad mínima, se anuncia como si fuera la mismísima universidad de Cambridge”.

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