Y TÚ.....¿ERES BI?
Insisto siempre en que uno no es realmente bilingüe
si no es, a la vez, bicultural.
Queda claro que el bilingüismo trasciende el
"mero" hecho de controlar dos Lenguas e implica, por lógica, conocer
y dominar también su cultura.
Tradicionalmente, el planteamiento
general a la hora de enseñar un idioma, ha consistido, en presentar al
alumno su gramática, en hacerle memorizar su vocabulario
y, dependiendo de la época y de la corriente metodológica en boga, en ponerle
en disposición (con mayor o menor acierto) de comunicarse obviando,
las más de las veces, todos esos matices y esos condicionantes que
acompañan a la lengua en si y que son fruto de la forma de pensar
y de la visión que del mundo tienen sus hablantes.
Estos matices, los que determinan
y conforman el “componente cultural” de cada lengua y que, afortunadamente,
van adquiriendo un papel cada vez más relevante en el enfoque y la forma de afrontar
la enseñanza de los idiomas, tienen, a nivel práctico y
aún siendo siempre importantes, un mayor o menor peso según sea
el contexto “situacional” en el que esa lengua se enseñe.
Podemos, así, si hablamos de “situación”,
diferenciar entre:
-
Aprendizaje/Enseñanza de
una Lengua Extranjera (LE): Denominamos Lengua Extranjera
a aquella que no es la propia del país en el que se aprende. ¿Claros ejemplos? Clases de inglés en
nuestros colegios = formación en Inglés impartida en un país cuya lengua
oficial es el Español.
-
Aprendizaje/Enseñanza de
una Segunda Lengua (L2).
Denominamos Segunda Lengua a aquella que es oficial o co-oficial
del país en el que se aprende. ¿Ejemplos
de nuevo? El Alemán que tuvieron que
aprender, una vez allí y “sobre la marcha”, los españoles que emigraron a, por
poner por caso, Suiza.
Insistiendo en que descuidar lo
relativo el acervo cultural asociado a cualquier lengua es, ineludiblemente,
apostar por un aprendizaje incompleto, he, sin embargo, de reconocer que su
importancia será, desde una perspectiva meramente práctica, muy inferior
para un estudiante de LE al que, simplemente, examinan de la
lista de “verbos irregulares” (y que luego se vuelve a su casa para continuar
hablando Español), que para un empresario que pretenda hacer negocios
con, por ejemplo, una empresa en Asia y, por descontado, que para un emigrante
que ha de aprender y utilizar una L2 como vía única de comunicación y como medio para para "sobrevivir", entrar en el mercado
laboral y prosperar.
Sea como sea, y en lo que respecta
a nosotros como Formadores, el enfoque a adoptar habrá,
independientemente de ideales, de variar necesariamente, dependiendo del tipo
de clase a la que nos enfrentemos.
Si importante es asegurarse de
ofrecer una formación integral, orientada a objetivos y lo más completa
posible, lo es aún más adaptarse a las necesidades específicas de cada
individuo (ya sea éste “estudiante de verbos irregulares”, empresario a
punto de “enfrentarse” a una delegación de Japoneses, o, sin ir más lejos,
deportista extranjero fichado por algún gran club).
El quid de la cuestión será saber
dotar a cada uno de las herramientas, lingüísticas y culturales que necesite y que le sirvan para asegurar el éxito.
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