LENGUAJE E INMEDIATEZ


 


Whatsapp ha alcanzado, por lo que leo, más de, y seguro que me quedo corto, 2000 millones de usuarios en todo el mundo.

España, no he encontrado datos posteriores, andaba por los 30,5 millones en 2019 ocupando un más que digno 9º lugar a nivel mundial en una lista encabezada por la India (340 millones).

Visto lo astronómico de estas cifras, decir que los sistemas de mensajería instantánea, con whatsapp a la cabeza, se han convertido, para bien o para mal, en herramienta y vía indispensable de transmisión de información es poco menos que una obviedad.  Y si esto es así en líneas generales, parece serlo incluso más cuando, como es el caso, tenemos las Fiestas Navideñas a la vuelta de la esquina.

Por seguir haciendo alarde numérico, parece ser que allá por el 2017 (en esto de la mensajería un par de años equivalen, como poco, a varios siglos), se enviaron unos 75.000 millones de mensajes (13.000 millones de imágenes y 5000 millones de videos) simplemente en Nochevieja…no quiero ni imaginar los que se enviarán en el 2020.

Whatsapp y aplicaciones similares son, a día de hoy, el descendiente mega evolucionado de aquellas cabinas telefónicas en vías de extinción, de las cartas y postales que enviábamos estando de vacaciones y, por abundar en lo Navideño, de aquellos Christmas que mandábamos y que, al menos en mi casa, terminábamos poniendo en fila junto al Belén cada año.🎄🎄

 

 


Con la mensajería se ha ganado, indudablemente, en rapidez, efectividad y concreción como señas de identidad de una sociedad regida por la urgencia, por lo efímero y por, de algún modo y al menos en lo lingüístico, la ley del mínimo esfuerzo.

Lo que antes era una conversación por compromiso con ese cuñado tan pesado (sí…con ese en el que estás pensando…😝) al que, por fuerza, habíamos de felicitar las Fiestas, se ha convertido ahora, en ese meme reenviado 1000 veces que, por prefabricado, nos evita cualquier trabajo intelectual y que, más que menos, nos ayuda a cubrir el expediente. ¿Triste? Quizás. ¿Efectivo?...por descontado y es que el ser humano, arrollado por esa urgencia de la que hablaba antes, tiende a lo práctico, a lo instantáneo y a lo que resulta, aunque quizás frío y exento de alma,... eficiente.

Y si el medio y canal de comunicación ha evolucionado, el lenguaje y su esencia y con ellos nuestra manera. de hablar, escribir y expresarnos no lo han hecho menos.

¿EN QUÉ CAMBIA EL LENGUAJE?

Todo es rápido así que...

  • El lógico proceso de preparación y reflexión asociado al lápiz y papel se desvanece habida cuenta que los dispositivos actuales incorporan la opción de borrar y eliminar. Pensar como paso previo a redactar no es ya necesario. Se puede, perfectamente, escribir lo primero que nos viene a la mente sin miedo al tachón o a tener volver a empezar desde el principio. El mensaje adquiere un toque de “oralidad” que le aleja de la planificación y corrección asociada antes el código escrito.
  • Por la misma regla de tres, si la mensajería instantánea nos supone un avance en lo que a rapidez se refiere, revisar y releer el texto deja de ser, en cierto modo, prioridad. Buscamos la inmediatez y la comodidad. El lenguaje y la ortografía se relajan y se adoptan en consecuencia, formas y expresiones abreviadas
  • Escribir desde según qué dispositivo es, a veces, pelín incómodo. Ciertos símbolos y grafías (puntuación, apertura en interrogaciones y exclamaciones…) son un engorro más que otra cosa y se tiende, seamos prácticos 😔, a acortar grupos consonánticos y a buscar atajos. Es un sistema pensado para obtener respuestas a tiempo real y concebido para no perder el tiempo.
  • La frontera entre lo oral y lo escrito se desdibuja y lo que leemos se parece cada vez más a una charla informal.
  • El texto y la creatividad pasan, de una manera cada vez más evidente, a un segundo plano arrinconados por fotos, videos, reenvíos y memes….
  • El emoticono y el emoji y reinan y su peso es tal que la Fundéu (Fundación del Español Urgente) elige emoji como palabra del año en 2019 porque, en palabras de Mario Tascón, su presidentePuede que los emojis sean lo más cercano a un lenguaje universal que ha creado nunca la humanidad”. Cuentan, además, con el beneplácito de la misma RAE que he creado, incluso, reglas para su correcto uso y que, en respuesta a consultas, dictamina que "el uso de los emojis y los emoticonos es admisible en contextos informales o de carácter privado, pero no sería adecuado en un documento institucional o formal. En cualquier caso, se debe procurar siempre que su empleo no empobrezca el uso de la lengua

 


 ¿CAMBIO PARA BIEN O PARA MAL?

Y quizás en esto, en lo de empobrecer o no la lengua esté el quid de la cuestión. 

¿Contribuyen los emojis, lo instantáneo, la urgencia y la premura al empobrecimiento del lenguaje y, por ende, simplifican, hasta lo absurdo, el proceso de reflexión y pensamiento o por el contrario, hacen bueno aquello de que “El lenguaje de hoy no es peor que el de ayer. Es más práctico. Como el mundo en que vivimos” que decía Chomsky?

Sea como sea e independientemente de la opinión de cada uno, nuestra realidad es un ejemplo más de que el lenguaje es, a fin de cuentas, un ente voluble y cambiante sujeto al capricho de los que son sus usuarios….los hablantes y precisamente los hablantes, su impaciencia y sus prisas serán los que, démosle tiempo al tiempo, acabarán teniendo la última palabra.

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

"Cheap is expensive"

Así....A lo Indiana Jones.... 25 años después

YO....FUÍ PROFE NATIVO....