LENGUAJE, COOPERACIÓN Y CORTESÍA 😊

 

 

 

Decía un tal Grice (1) que cualquier proceso comunicativo se sustenta, en el mejor de los casos, en una especie de acuerdo tácito entre los hablantes que, en principio, interactúan respetando algo parecido a un principio “universal” de cooperación.

Así, al iniciar una conversación,  en general lo hacemos tratando de que nuestro mensaje llegue con claridad y esperamos, al mismo tiempo, que nuestros interlocutores intenten lo propio.

Tenemos muy en cuenta, por tanto y según el mismo Grice, 4 máximas que son la base del mencionado principio.

• 1)  Máxima de cantidad (“Quantity”): por regla general, al hablar tratamos de que nuestras aportaciones sean, sin pecar ni por exceso ni por defecto, lo suficientemente informativas. Buscamos transmitir nuestro mensaje sin añadir más o restar menos información de la necesaria.

• 2) De Calidad (“Quality”): intentamos, si como decía obramos de buena fe, que aquello que transmitimos sea cierto pudiendo, por tanto, probarlo si fuera necesario con la correspondiente evidencia.

• 3) De Relevancia (“Relation” o “Relevance”): tratamos, igualmente y si no aspiramos a que la conversación se convierta en un sinsentido, que todo aquello que decimos sea relevante y pertinente a la situación/contexto en el que estamos y al tema que tratamos.

• 4) De modo (“Manner”): evitamos, por otro lado, introducir elementos o afirmaciones que puedan provocar ambigüedad o confusión.

EN EL "MEJOR DE LOS CASOS".

Obviamente, y como decía antes, todo esto, tan ideal, ocurre “en el mejor de los casos” dado que, por muy bonito que resulte lo de la cooperación y lo de las máximas, tanta idoneidad se queda en nada si no prima la “buena voluntad de los hablantes” y ésta a veces, consciente o inconscientemente, brilla por su ausencia.

¿Ejemplos? 

A quien más y a quien menos le viene a la mente al típico amiguete “complejo” que, sin malicia ninguna, te cuenta lo mismo 5 veces añadiendo todo tipo de detalles innecesarios ("cantidad" mejor que "calidad"… ☹). 

A todos se nos ha escapado, queriendo o sin querer, alguna mentirijilla (aquí "calidad" la justa) y, por aportar más evidencia, algunos tenemos la inmensa suerte de tener un padre que, como el mío, vacila a mis canijos preguntándoles, muy serio (a la porra la "relevancia" y el "modo" porque ¿qué hay más confuso que esto?), “¿tú también, tampoco esta mañana?

TENDENCIAS MÁS QUE GUIAS

Hablamos, en definitiva, de que Grice, en vez de pautas y guías infalibles nos dejó, más bien, una descripción de unas tendencias que, por lo general, funcionan si, como es de esperar, ponemos de nuestra parte para que la comunicación sea fluida e inteligible.

En cualquier caso, como hoy han venido los Reyes y ando imbuido imbuidísimo por el espíritu Navideño, me declaro fan incondicional de la cooperación y de, porque hay que tener conciencia lingüística, los intentos por hacer que el mensaje y lo que queremos trasmitir resulte lo más claro y preciso posible.

 Y ADEMAS DE COOPERACIÓN ... CORTESÍA.

Me declaro, igualmente y en la misma línea, seguidor de lo que Brown y su amigo Levinson (2) denominaban Principio de Cortesía (politeness) que juega también, en mi opinión, un papel importante en el proceso comunicativo y que conecta con todo esto de la cooperación.

Podemos definir “Cortesía” como la muestra (lingüística o no) de interés por los sentimientos y la opinión de nuestro interlocutor, el afán por mostrarle respeto y, a la vez, evitar herir tanto sus sentimientos como su "imagen pública" (“face”).

Hasta el más pintado trata de proyectar y defender una determinada imagen pública (favorable, por supuesto) y tiene, al menos idealmente y sobre el papel, a guardarse de dañar la de los demás. Se “revela” cuando alguien le intenta imponer algo (“negative face need”) mientras que no escatima esfuerzos para gustar y ¿por qué no? provocar admiración (“positive face needs”).

Por lógica entonces, cualquier comportamiento destinado a evitar o disimular nuestro afán de imponernos a otros (por medio de, por ejemplo, determinadas elecciones léxicas, entonación para suavizar imperativos o críticas, uso de elementos que, como en Inglés, would o could, suavizan la “dureza” de nuestra aportación) se traduce en el ejercicio de la denominada Cortesía Negativa (“negative politeness”). Por el contrario, el ser amable, sociable y el tratar de expresar cariño e interés hacia nuestro interlocutor es un claro ejemplo de lo que Brown y Levinson denominaban Cortesía Positiva ("positive politeness").

TODO ESTO…¿SIN QUERER?

Cooperamos y somos corteses tanto consciente como, en muchos casos, inconscientemente. La parte “inconsciente” es, en mi opinión, una prueba más de que el lenguaje y su uso como herramienta de transmisión de información tiene mucho de genético, innato, automático e inherente. La “consciente” es de la que, quizás y por dar un toque profesional a la entrada, nos interesa a todos los que, como yo, ayudamos a sacar provecho y optimizar resultados utilizando el lenguaje.

La lengua es una herramienta y una vía que nos permite, entre otras muchísimas cosas, conseguir (vender, presentar, convencer…) metas. Utilizarla, por tanto, de forma clara y concisa (cooperativamente) teniendo, al mismo tiempo, en mente la imagen pública y los sentimientos y necesidades de nuestro interlocutor es un arma poderosa que, a nivel negocio, puede marcar  la diferencia.

¿Y EN LAS LENGUAS EXTRANJERAS?

Si, y por centrarnos un poquito en lo que nos da de comer damos un paso más y nos esforzamos por aplicar esos principios (cooperación y cortesía) en el idioma de ese Cliente internacional que andamos persiguiendo estaremos, por una parte, obteniendo una ventaja competitiva y, por otra, provocando una impresión que, por positiva, no puede sino beneficiarnos.

Willy Brandt (3) decía algo así como “If I am selling to you, I speak your language. If I´m buying, dann müssen Sie Deutsch sprechen” (4) y creo que, vista la cantidad de directivos que se están poniendo las pilas estudiando, aunque sólo sea para saludar o  defenderse, el idioma de sus potenciales Clientes o, incluso, del equipo, extranjero, que lideran dentro de su misma empresa, muy desencaminado no iba.

 ASÍ QUE....

Cooperación y cortesía (quizas mejor decir nuestro instinto natural para utilizarlas eficazmente) son, por tanto, herramientas que, formando parte del "paquete de básicos de serie" que nuestra misma capacidad para comunicarnos nos aporta pueden, si las utilizamos con inteligencia, ponernos en ventaja y, en un contexto profesional, lograr que el Cliente se interese en lo que hacemos e, idealmente, nos vea como solución a sus necesidades. 

(1) Herbert Paul Grice: filosofo británico conocido por sus aportaciones a la filosofía del lenguaje en el ámbito de la filosofía del lenguaje y la comunicación.

(2) Penelope Brown  (Antropóloga Norteamericana) y Stephen C. Levinson (Británico): desarrollaron la teoría de la Cortesía y trabajaron tomando como base el concepto de Imagen (face) del que ya había hablado  Ervin Goffman (sociólogo canadiense) anteriormente.

(3) Willy Brandt: Herbert Ernst Karl Frahm. Canciller de Alemania Occidental entre 1969 y 1974.

(4) "Si te estoy vendiendo (algo), hablo su idioma. Si estoy comprando entonces debe usted hablar alemán".