MATEO Y EL PODER DEL HABLANTE.

 

 

Leo que la palabra galimatías (según la RAE 1. m. coloq. Lenguaje oscuro por la impropiedad de la frase o por la confusión de las ideas.  2. m. coloq. Confusión, desorden, lío.) proviene del francés galimatías (arcáico) y este, a su vez del Griego κατὰ Ματθαῖον katà Matthaîon (no tengo ni idea de Griego…) que viene a significar: “según Mateo” en alusión a lo enrevesado de la redacción de la genealogía de Cristo en el Evangelio de San Mateo… 

 

El primer uso de la palabra Hamburger data de 1884 y aparece en la expresión Hamburger Steak haciendo alusión a la manera en la que los emigrantes alemanes en Estados unidos preparaban la carne. Sin embargo, y aunque el origen del término se debe a la procedencia germana de aquellos “cocineros” (Hamburger = de Hamburgo) y no al hecho de que estuvieran hechas de jamón (Ham), en 1924 (y siempre según Wikipedia) un americano llamado Lionel Sternberger elabora la primera Cheeseburger en Pasadena porque, ¡ideaza!, si hay ya una Ham burger ¡¡¡con la de Cheese damos el campanazo!!!

 

Nunca he sido de aguacate o guacamole y sabiendo ahora el porqué de su nombre, aun menos … Por lo que parece aguacate procede del azteca (de Azteca aún menos que de Griego) “ahucatl” que viene a significar, supongo que por su forma, por colgar de la rama, por crecer generalmente en pares y porque, a buen seguro, los aztecas tenían que ser un pueblo de natural jocoso 😊, testículo.  “Molli” era, por lo que se ve, “salsa” así que….de ahí guacamole….

 

EL HABLANTE...SUPERHÉROE OMNIPOTENTE 💪💪.

Ejemplos como estos en los que el hablante, o mejor, el consenso entre hablantes, es el verdadero artífice de la acuñación de un término o de la aparición de una nueva acepción en un término ya existente son muchos. Las lenguas son, a fin de cuentas, criaturas vivas y evolucionan al amparo de las modas y tendencias que por unas causas u otras normalizan y a la larga, o a la corta, “normativizan”, con el beneplácito de la Academia, los que las hablan.

EL HABLANTE PROPONE Y LA RAE DISPONE.

Y hablando de la Academia, en el 2019, la RAE incorporaba a la nueva edición de su diccionario multitud de modificaciones incluyendo un total de 19 nuevas palabras, “zasca”, “antitaurino” o “carajal”, que me encanta 💖, entre ellas y añadiendo o matizando (las variaciones de uso mandan), un porrón de acepciones. El 2020, siguiendo el mismo camino, ha supuesto otro par de miles de cambios destacando, con toda lógica, la aparición y estandarización de palabras, no quedaba más remedio ☹, como “COVID” (sustantivo siempre en mayúscula y válido, por cierto, tanto en masculino como en femenino), “barbijo” (denominación de mascarilla en Argentina o Bolivia) o la ya conocidísima nueva acepción de “confinamiento”. ☹

Y así por siempre… el hablante, lo que vive y le sucede, lo que comparte y acepta termina incorporándose a su bagaje léxico y, por tanto, cultural. Veremos por tanto, qué cambios (lingüísticos y no tanto) nos depara este 2021 que, aunque recién salido de fábrica, tan blanquito, gélido, resbaladizo y, (¿nos lo encontraremos en la próxima edición del DRAE ?) “filomenal”, tanta "guerrita" nos está dando. 😪😪😪

Nota: el hecho de que un término en particular alcance un nivel de aceptación que lo normalice y lo haga usual entre un determinado número de hablantes no es garantía de que, sobre todo si se trata de un localismo cincunscrito a un área geográfica determinada, termine siendo aceptado por la RAE e incluida en su diccionario (y si no....tampoco es el fin del mundo). Merece la pena, en mi opinión,  echar vistazo a un video (¡¡sólo 1 minuto y 31 segundos!!) en el que se explica el proceso que sigue un término hasta que, en opinión de la Academia, merece su inclusión y normalización.

https://twitter.com/i/status/1331187311325933569